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El concepto del blog

En este blog aparecerán reflexiones sobre mi proceso de aprendizaje durante la realización del máster de formación de profesorado de ELE. Me ha parecido adecuado el concepto de "ventana indiscreta" ya que espero ampliar mis horizontes y conocer a fondo lo que ignoro sobre la enseñanza-aprendizaje, para así poder convertirme en una buena profesora de ELE. Para ello, me gustaría poder conocer cada una de las ventanas que dan a los diferentes conocimientos; adentrarme sin discreción y explorar a fondo; no simplemente asomarme y ver un poco por fuera qué es lo que hay. Necesito palpar y prácticar para aprender realmente lo que necesito.

Mis ventanas

Me llamo Ana Mari, y soy de Barcelona. Desde siempre me han interesado mucho las lenguas, tanto las extranjeras como el español. Esa fue mi motivación para estudiar Traducción e Interpretación en la Universidad Autónoma de Barcelona, donde me gradué en el 2017. Si bien es un grado que me gustó, no me motivaba lo suficiente como para dedicarme a ello. No era el trabajo de mis sueños, pero de eso no me acabé de convencer hasta recientemente.
 

Me gustaría decir que el grado que cursé, al centrarse en la traducción al español, hacía especial hincapié en la correcta redacción de nuestra lengua, y eso era uno de los aspectos que más disfrutaba ya que estaba más relacionado con el español, aunque podía convertirse en una tarea tediosa. A día de hoy, esos conocimientos son los que recuerdo con más cariño de esos años hasta el punto de querer seguir mejorando todo lo posible. Podría decir que disfrutaba más aprendiendo sobre los matices y todo lo relacionado con mi lengua nativa que no traduciendo. Creo que esos recuerdos, a los que no llegué a prestar la mayor importancia hasta recientemente, fueron el detonante silencioso que me impulsó adonde estoy ahora, en el máster para ser profesora de español como lengua extranjera (ELE). Digo detonante silencioso porque antes de ir a la universidad ya me gustaba mucho el aprendizaje del español como lengua nativa, me refiero a nivel gramatical, solo que me aparté de esa ventana para visitar otra que parecía más tentadora.

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Partiendo de mi graduación, estuve una temporada solo trabajando -y estudiando de vez en cuando una de mis lenguas extranjeras, el japonés- sin saber qué me devolvería la motivación. Fue gracias a mi trabajo de profesora de inglés en una academia que descubrí lo que de verdad quería hacer. Quería ser profesora. Había disfrutado muchísimo ese trabajo, interactuando con los alumnos (era agradable poder guiarles y ser partícipe de su aprendizaje), probando formas efectivas para ayudarles (mis alumnos eran niños y preadolescente, por lo que captar su atención podía suponer un gran reto, es por eso que tenía que ser creativa y aprovechar la motivación por competir o por obtener recompensas) y sobre todo poder observar su progreso –y el mío– (conforme pasaban las sesiones podía observar que los alumnos cada vez recordaban más las estructuras que al principio no sabía utilizar; de la misma forma que yo iba aprendiendo qué estrategias tenían resultados positivos o negativos en función del alumno). Creo que para mejorar como profesora era muy importante hablar con los compañeros de trabajo que tenían más experiencia, ya que proponían ideas muy interesantes para solucionar algunos problemas que podían surgir. Por ejemplo, al principio me costó que los alumnos preadolescentes hablaran completamente en inglés durante las clases, utilizaban mayoritariamente el español. En una de las reuniones salieron varias ideas, como la de hacer una competición por puntos en cada sesión para evitar el uso del español. Así pues, a través de la competitividad, los alumnos realmente consiguieron hablar exclusivamente en inglés. hasta el punto de delatar a otro compañero si se atrevía a hablar en español. Recuperando el hilo anterior, tal y como disfruté esto, también descubrí cómo podía disfrutarlo aún más; si en vez de inglés enseñara español. Antes de lanzarme a la traducción era lo que mejor se me daba con diferencia (sin duda porque me gustaba mucho), aunque en aquel entonces no supe sacarle provecho. Pero gracias a mi trayectoria, ahora ya tengo claro lo que quiero hacer; y no me importa el tiempo que deba dedicarle ni adónde tenga que ir. Así pues, aquí estoy, empezando el máster que quiero hacer en la Universitat de Barcelona.
 

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Es importante decir que los estudios que he cursado contribuyen a poder sacarle el máximo partido al máster y a sus salidas. Me han proporcionado una buena base de conocimientos del español y, además, considero que mi conocimiento de lenguas tipológicamente distintas –español y catalán nativos; inglés y japonés como lenguas extranjeras– puede ser de utilidad. Creo que es importante tener una conciencia de las grandes diferencias lingüísticas que hay entre unas lenguas y otras. Puede ser muy útil a la hora de guiar a alumnos con el aprendizaje de esta lengua romance; conocer las grandes diferencias que puede haber y las dificultades que puede suponer esto para algunos alumnos. Por ejemplo, en japonés el orden sintáctico es completamente distinto, los verbos solo expresan los tiempos del presente y del pasado (existen otros recursos gramaticales para concretar o abarcar lo que otros tiempos, por ejemplo del español, cubren) y el género no viene incluido en sustantivos o adjetivos. Saber esto puede ayudar a identificar qué dificultades va a presentar un determinado tipo de alumnos para así poder abordar llevar a cabo estrategias efectivas.
 

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Necesidades y expectativas

Nunca he sido profesora de ELE, así que considero que aun me queda mucho por aprender sobre qué es exactamente dedicarse a ello. Tengo claro que tengo muchas ganas de trabajar con el español y llegar a ser una profesional de la lengua. Aunque no sólo eso. Como el tiempo en que trabajé como profesora de inglés seguía una guía docente muy marcada, no tuve la oportunidad de pensar en cómo crear un plan de estudio eficaz en función del grupo, ni en analizar, adaptar, ni crear materiales que pudiera usar en clase. La escuela seguía el método natural. Esto quiere decir que los niños aprender de la misma forma que adquieren su lengua materna. Seguí un sistema muy estudiado que se plasmaba en las guías de los profesores, donde aparecía información muy detallada de lo que había que hacer en cada sesión. He de decir que el inglés me gusta, pero no es santo de mi devoción. De todas formas, cuando se me de la oportunidad, me gustaría poder estar preparada para saber por dónde empezar y qué tener en cuenta. 

 

Considero que es muy importante trabajar en la relación profesor-alumnos para comprender mejor las necesidades tanto del grupo como individuales y lograr que alcancen los objetivos que deben alcanzar. En mi opinión un profesor o profesora de lengua extranjera debe ser capaz de motivar a sus alumnos para que participen activamente y estimularlos y guiarlos para que aprendan con la ayuda del profesor y no masticando su monólogo. Para ello quiero aprender estrategias que favorezcan el diálogo entre alumnos y el aprendizaje significativo a través del mismo.
Para acabar –o empezar–, me gustaría decir que mi objetivo inicial de cara al máster es lograr comprender más a fondo la gramática de la lengua y, sobre todo, conseguir una vista más amplia de todo lo que rodea el mundo de la enseñanza de ELE (es decir, más allá de la gramática: pragmática, interculturalidad, gestión del aula, necesidades individuales de los alumnos, etc.). Estos son aspectos que creo que no he tenido oportunidad de trabajar y me gustaría transformarlos en fortalezas. Siento que me faltan colores por añadir a la paleta, y que los que ya tengo están aun por mezclarse para obtener resultados fascinantes.
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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